Cuarta entrada
7 de agosto
11:45
p.m.
Mi estancia en Abakán ha sido breve, pero
siempre es un gusto visitar Kazajistán. Pude conseguir cierta sustancia con un
medico, cuyas bajas pasiones un día seguro matarán. Aún así sé que no he
perdido el toque. Esta noche, espero que el sueño me invada sin perezas.
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31 de octubre
8:00 a.m.
Mañana
será un día muy interesante. Los chicos se disfrazarán y pedirán dulces por la
noche simulado ser muertos que caminan, divertida la analogía.
Me parece
que he esperado lo suficiente, pero debo de ser prudente hasta el punto máximo.
Ella irá a una fiesta de disfraces. Es en el 34 de la calle de Saint
Belice.
Me
encantan los disfraces. No hay humano sin mascara, pues les encanta ponerse
una en este día. Una con la cual el mundo vea y no perciba. Yo he llevado
el disfraz de humano mucho tiempo. Mañana seré otra cosa y pasado otra. Para de
nuevo regresar a esta mascara.
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13 de noviembre
3:35 a.m.
Ella sale de la escuela a las 14:30 horas. Toma el trayecto
de la calle Heliotropos hasta Cerezas y da vuelta a la izquierda para
despedirse de Clariss y Brenda, dos de sus amigas del colegio. De ahí camina
aproximadamente 30 metros sobre la calle Clavelinas antes de llegar de nuevo a
la avenida y tomar el autobús. ¡Ahí es el punto exacto! .Rentare un carro, para
llevarla, así evitare las preguntas de la policía por un tiempo.
5:00 p.m.
Ha subido a mi auto sin dudarlo, y la calle estaba
convenientemente sola. No ha sido fácil que no intentase gritar cuando puse el
pañuelo con tricloroetileno en su
rostro, pero no ha durado mucho la lucha. Estoy segura de que nadie la escuchó.
Ahora mismo está atada al diván del sótano. Le he confeccionado un vestido que
resalta su tono de piel. El blanco siempre es hermoso en una delicada criatura.
10:00 p.m.
No ha querido comer, y ha mordido mi mano cuando intenté
darle un bocado. Me parece que un tiempo en el sótano le hará re valorar la
situación en la que está, pues ahora es mía. Eso no cambiará, ya no.
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14 de noviembre
9:00 a.m.
Su madre ha venido a mi casa a preguntar si no había sabido algo
de Sasha. Le he ofrecido un té para calmar sus nervios. Estoy segura de que
Sasha vio sus zapatillas en el pórtico, pues hay una rendija antes de llegar a
la puerta. Me gusta imaginar su rostro lleno de desesperación al ver partir a su madre con lágrimas en los
ojos.
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